Os traigo otra entrada sobre juegos de toda la vida. En este caso el parchís y la oca.
¿Quién no ha pasado un buen rato en el pozo, esperando a que otro cayera en esa casilla y por fin poder salir? ¿O que después de estar a punto de ganar, le ha tocado irse "del laberinto al 30"? Y ayyyy, esos piques familiares porque "todos habéis salido menos yo", o porque "llevas toda la tarde comiéndome fichas", y venga a reír.
De nuevo con ambos juegos estamos estableciendo relaciones y trabajando habilidades sociales con las personas con quien jugamos. De nuevo también practicamos la subitización (reconocemos de un vistazo el número marcado por el dado, que son las casillas que debemos avanzar) y el conteo para mover nuestras fichas a lo largo del tablero: contamos de 1 en 1, de 2 en 2, y los más avanzados, miran el número de la casilla y suman lo marcado por el dado.
La oca es un puro azar, tiras el dado y lo que te toque. Si tienes suerte, enlazas varias ocas y avanzas un buen trecho. Y si no, un turno en la posada, dos en la cárcel... y el temido pozo, hasta que otro jugador te rescate.
En el parchís ya podemos ir utilizando pequeñas estrategias, y se las vamos enseñando a los niños. Antes de mover, mira bien todas tus fichas:
- ¿Puedes comer a alguien?
- ¿Te puede comer alguien?
- ¿Tienes tus fichas en algún seguro, o lo bastante alejadas del resto de colores para que no corras peligro?
- Y ahora que las has mirado todas... ¿cuál crees que es mejor mover?
Y si por fin comes a alguien o metes tu ficha en la casilla central de tu color, cuentas 20 ó 10, respectivamente. Repetimos la estrategia y miramos todas las fichas, para ver cuál es más conveniente mover.
La partida será un poco más lenta para adaptarnos al nivel de nuestros chicos, pero de esta manera les estamos enseñando a reflexionar, a desarrollar su capacidad de estrategia. En lugar de reaccionar de manera impulsiva, pueden tomar un respiro, pensar qué es más adecuado y por qué y tomar una decisión. Con lo sencillo que parecía el parchís y la de cosas que nos permite hacer, ¿verdad?
En pocas partidas se volverán auténticos expertos. ¡Tendréis que vigilar que no os manden las fichas para casa!